3 de marzo de 2011

BATIBURRILLOS UNO


Inauguro una nueva sección que he llamado batiburrillos porque tiene mucho que ver con la filosofía de este blog, es la idiosincracia del gandinga. Un batiburrillo es una mezcla de cosas inconexas y sin relación alguna, también es un guiso con cosas que no van bien unas con otras. Gandinga también es un guiso y buscar la gandinga es andar por ahí sin ocupación y a la vez buscarse la vida, dos acepciones que parecen no tener relación entre sí, ¿o sí la tienen?, total, esto es un batiburrillo.
Empezamos con el primer ingrediente del guiso:
La bajada de velocidad en las autopistas a 110 km/h para ahorrar combustible. Vaya, se han debido pedir un par de moscosos después de esta gran proeza de la mente humana. Fijaos que al día siguiente, sin conocer esta medida, tuve reunión de vecinos y decidimos quitar un fluorescente de cada plafón del garaje para ahorrar. Ahora me doy cuenta de que estamos a la altura de grandes pensadores, que por eso han llegado a Ministro. Pero por qué no bajan más la velocidad, si se ahorraría más.
Yo propongo que para ahorrar más, bajemos la velocidad a 30 km/h en las autopistas, que es el límite que han puesto en las calles de un solo sentido, para que convivan los automóviles, los peatones y los ciclistas. Una velocidad que nos permita hacer las compras a la vez que vamos al trabajo; el churrito en el puesto de la esquina, el cuponzito … y mantener familiaridad con el peatón, al que le podremos pedir fuego (hasta que prohíban fumar a la vez que se conduce), y con el ciclista, al que podremos dar empujones de ánimo en las rampas. Seremos más amantes de la naturaleza porque ¡se nos subirán los caracoles a las ruedas! Nos podremos tirar contra los coches porque a esa velocidad sólo el 95% de los atropellos son mortales (forma más barata de conseguir emociones no vais a encontrar). Es curioso que el 43% de los atropellos mortales en España sean por culpa de que el peatón cruce por un sitio indebido y ninguna medida incida sobre este hecho. Los peatones no miran, cruzan por donde y cuando no deben, hablan por el móvil, el paraguas no les deja ver… los pasos de peatones están mal iluminados y muchas veces se ponen en los sitios menos indicados.
El maldito coche, al que nadie quiere, al que cobran impuestos por circular, por aparcar (en qué quedamos, ¿circulo o aparco?), al que ametrallan a fotografías hechas a traición por un despiadado radar y luego le etiquetan en el Facebook, al que mancillan porque contamina, ¡todos al transporte público!, ¡pongamos a prueba la capacidad de los vagones de la línea 6 de metro!
Como la intención de ahorrar es buena en el fondo, ahí os paso unos consejos para ahorrar combustible que he visto por la red.
Nadie tiene en cuenta que el coche mantiene a una industria llorona, a la que todos los gobiernos ayudan por ser un sector estratégico de la economía, además de un baremo para medir la riqueza y el desarrollo del país (a qué Gobierno le interesa que se sepa que su país va muy mal y la gente no se compra coche, símbolo del éxito). No parece que guise bien, fomentar la industria de venta de coches y a la vez el dejar el coche en casa y coger el transporte público. ¿Me compro un coche para tenerlo de adorno en el garaje?
Ahh, garajes, ahora todas las casas nuevas vienen con dos anejos inseparables de la vivienda llamados garajes (o sea que los tienes que comprar sí o sí, y ahí es donde meten el clavo, sobre todo en las viviendas de protección oficial, otra incongruencia más), debe ser para usarlos de cocheras para los autobuses públicos, ¿no?.
Hilando con esto último, tampoco guisa muy bien promocionar el transporte público y atacar al vehículo privado y hacer un desarrollo urbanístico que obliga a su uso si quieres comprar una barra de pan. Los nuevos PAUs de Madrid son un ejemplo satánico de este modelo de ciudad. Esas grandes avenidas con un montón de plazas de aparcamiento vacías (y nosotros con dos plazas de garaje), avenidas de cuatro carriles para las bicis y los perros callejeros.
Según los Presupuestos Generales del Estado para 2011 los ingresos por multas de tráfico serán de 409,37 millones de euros. Con ese dinero se hacen muchas cosas, si no se ingresa por multas habrá que sacarlos de otro lado, porque ya está presupuestado. Yo propongo que lo compensen los ecologistas y esos que van en bicicleta usando el espacio público sin pagar ni una tasa, y ya puestos que también pague el peatón.
Siguiente ingrediente del guiso:
Neumáticos nuevos en los coches, el Plan Renove de los neumáticos, que todos sabemos que los neumáticos nuevos (y con la presión de inflado adecuada, añadiría) ayudan a ahorrar combustible (0,3 € cada 100 km). Según la noticia se subvencionarán 240.000 neumáticos (60.000 coches). En España hay 30 millones de vehículos. Si suponemos una media de 15.000 km por coche y año, nos ahorraremos 2,7 millones de euros (poca cosa si lo comparamos con los ingresos por multas).
Fijaos que 30 millones de vehículos (es mucho más que el número de personas que se encuentran en activo en estos momentos), susceptibles de ser sancionados, que pagan impuestos directos e indirectos, que dan trabajo a talleres, suministradores, a la industria turística, compañías de seguros, etc, casi se merecen tener el estatus de ciudadano.
Se pueden proponer otras medidas para ahorrar, como no poner nunca el aire acondicionado en verano (que sois unos comodones), no cargar el coche con muebles de IKEA que el peso hace aumentar el consumo, y en definitiva, no salir de casa ni irse vacaciones.
Como guisa esto con lo que dijo Álvarez Cascos cuando fue Ministro de Fomento, culpando del aumento de accidentes de tráfico a que España iba bien y la gente salía más de vacaciones.
Pues no os preocupéis, que si seguimos así este año no moriremos en las carreteras, nos moriremos de aburrimiento.
Vaya batiburrillo.