26 de septiembre de 2012

LA OTRA REALIDAD

Nos ha tocado vivir una realidad en la que todo ocurre en directo. Todos nos hemos convertido en reporteros con más o menos repercusión y también en espectadores ávidos de recibir información con el menor retardo posible, digerirla rápidamente y rebotárselas a otros.
Debido a la situación económica y social que vivimos, estamos con nuestros cinco sentidos alertas a cualquier cosa que pueda ocurrir, que nos explique cómo y quienes nos han traído hasta aquí. Cada uno, en función de su situación y su ideología, interpretará la realidad de una forma. Cada uno de nosotros pasa por su filtro lo que está ocurriendo y lo re-crea.
Para aportar otras perspectivas hemos creado esta sección, porque la realidad es esquiva y cuantos más puntos de vista haya más nos acercaremos a ella.
Empezaremos con una imagen que ha dado la vuelta al mundo. Se pudo tomar en los aledaños (siempre he querido usar esta palabra. “¿Dónde quedamos?” – “En los aledaños del Oso y el Madroño”) del Congreso con motivo del 25S, la manifestación organizada para protestar contra las medidas que se están tomando y contra quienes las toman. Eso es lo que pensaba yo hasta que se oyó a algún político (no voy a decir quien pero es una mujer de cuyo nombre no quiero acordarme) decir que el 25S era como el 23F. Desde luego si en la época de Tejero hubiese existido el Twitter quizá no hubiese entrado en el Congreso. No soy muy experto en golpes de estado pero si se me ocurre dar uno no creo que lo anuncie y pida permiso a la Delegación del Gobierno, por eso de pillarlos por sorpresa. Manías mías.
Bueno, la dichosa foto es esta:
La foto no es mía, creo que es de Reuters y circuló por las redes sociales
Todo el mundo se hizo eco de ella a la velocidad de un porrazo. Claro, como no nos da tiempo a digerir la información porque es una tras otra, la mayoría de la gente se pensó que a este pobre chico le iban a dar la paliza del año.
Pues es hora de dar otra alternativa perfectamente plausible. Para ello hace falta hacer algunas aclaraciones.
Los seres humanos, cuando nacemos, tenemos  la laringe en una posición alta en el cuello que nos permite tragar y respirar a la vez (mamar, que es lo que hacen los que estaban dentro del Congreso). Sin embargo, al contrario que les pasa a otros mamíferos, incluidos nuestros parientes cercanos, en el caso del ser humano se produce un descenso de la laringe hacia los dos años de edad (curiosamente cuando empezamos a hablar), que permite que la faringe cumpla su doble función: permitir el paso de aire hacia la laringe, tráquea, bronquios y pulmones, y el paso de alimentos hacia el esófago y el estómago. Este cambio anatómico es el resultado de  la evolución ya que resultó una ventaja para poder hablar y convertirnos por tanto en seres sociales y culturales, pero hace que nos atragantemos en ocasiones. Nada es perfecto.
El caso es que a este pobre chico le jugó una mala pasada la evolución. Con el ajetreo de la manifestación y ante la necesidad de tomar alimento para obtener energía suficiente para las carreras delante de los antidisturbios, se le ocurrió tomarse una barrita energética, de esas con muchos cereales y frutos secos, con la mala suerte de que un trozo de almendra se le fue por el “camino viejo” que dicen los abuelos, o por la laringe que diría un listo con gafas.
Un policía que se dio cuenta de la situación le dio golpes en la espalda. Como el chico estaba en ese momento sentado frente a los demás policías, lo que hizo fue empeorar las cosas, ya que la almendra se fue encajando más. Otro policía que se percató y ante la urgencia, agarró al chico por la nariz y lo levantó. Claro, el chico que no sabía si le querían salvar o apalear intentó salvarse a sí mismo metiéndose los dedos en la boca. Lo que él no sabía y los policías sí porque han estudiado, es que la obstrucción se produce muy abajo, y por tanto necesitarías un dedo como el de ET para llegar. Es por eso que otros dos policías que se olieron la tostada deciden agarrarle cada uno de un brazo. Mientras que le gritan a otro compañero que le haga la Maniobra de Heimlich (hay que reconocerles el mérito con todo el ruido que había para decir Heimlich al unísono).
En esta maniobra hay que situarse  detrás de la persona atragantada, abrazándola por debajo de sus brazos y colocando el puño cerrado de una de nuestras manos por encima del ombligo y la otra mano sobre el puño cerrado y efectuar varias compresiones abdominales (hacia adentro y hacia arriba) hasta que el atragantado  tose y expulsa lo que provoca la obstrucción.
Como el chico estaba rodeado era imposible que el policía se pusiese detrás así que lo que se le ocurre es pegarle con la porra por encima del ombligo (el sito bueno lo tenía claro, no tanto la forma de hacerlo).
El resto de policías de la foto se acercaron, como buenos españoles, a dar su opinión e intentar colaborar. Claro, a cada uno se le ocurre una cosa y no hay nadie para coordinar. Uno le agarra por el cuello para ver si con el calor de su mano la laringe dilata y la almendra queda libre y a otro se le ve con intención de levantarle las piernas para ver si la gravedad hace su trabajo.
 
Como no se tienen noticias del chico se ve que al final consiguieron salvarle la vida y por eso nos tenemos que sentir orgullosos de nuestros servicios y fuerzas de seguridad.
 
Espero que a partir de ahora antes de sacar conclusiones precipitadas valoremos otras opciones.

2 comentarios:

pcbcarp dijo...

Precisamente eso es lo que yo pensé que estaba pasando en cuanto vi la foto; pero las fuerzas de la Antiespaña ¡Hala! a intoxicar en la prensa internacional. No pararán hasta convertirnos en una dictadura soviética.

El gandinga mayor dijo...

Es que estamos a la que salta y somos muy mal pensados y nos dejamos llevar por la corriente. Hubo mucha gente con problemas de atragantamiento, pero es lógico, por los nervios.